Construyendo el Año Nuevo
Fue la madrugada del 1° de enero de 1956 cuándo se encendió una de las tradiciones más características de la ciudad: La Gran Quema de Muñecos. Una costumbre que también es una excusa para reunirse y encontrarse entre amigos y vecinos bajo un mismo fuego.
La primera mecha registrada se encendió en la esquina de 10 y 40. El año 1956 había traído muy buenos resultados al Club Defensores de Cambaceres, se habían consagrado Campeones de la Liga Platense. Don Luís Tortora, presidente del club, no tuvo mejor idea que homenajearlos con un muñeco. Lo armó frente a su bar-almacén “Los Obreros”, cuándo aun la costumbre era sacar las mesas a las calles y celebrar el Año Nuevo con todos los vecinos.
Lo que comenzó como un sencillo homenaje de papel, madera y trapos terminó siendo el puntapié a una larga tradición. Sin imaginarlo, Don Luís inició una costumbre histórica que además por siempre estará arraigada a la historia del club de sus amores.
Casi en simultáneo en la localidad de Los Hornos se consolidaba la “Gran Quema de Espanta Pájaros”, los cuales podían llegar a medir 2 metros. Vestidos con ropas y trapos viejos, en su base se colocaban cajones con pirotecnia.
Se cree que ambas costumbres son una evolución de las costumbres traídas por los inmigrantes. En España existe la "Quema de Fallas de Valencia" para recibir el año nuevo. Aquí los vecinos se organizan y contratan artistas para la construcción de muñecos representativos. Mientras que por su parte, en las regiones italianas de Lombardía y Piamonte, el último jueves de enero se celebra la "Giubiana" con la Quema de gigantezcos títeres de paja. Una tradición muy antigua que se vincularía al protocristianismo, las festividades en torno al Dios Júpiter, e incluso con las costumbres celtas.
Luego de casi 70 años cambiaron las técnicas de construcción, los íconos y las generaciones; pero no se perdieron los motivos y los sentimientos en torno a las enormes hogueras: Una excusa para reunirse con amigos y algo único para compartir con los vecinos. Que el Año Nuevo se reciba en la calle, celebrando con conocidos y desconocidos, con una gran sonrisa, con el pié derecho. Es la única y mejor forma de entenderlo.
Para todos, el mes de diciembre es conflictivo, 31 días no parecen ser suficiente para hacer todo lo necesario. Aun así cientos de platenses se ponen manos a la obra en las esquinas de la ciudad para levantar las gigantescas estructuras. El trabajo no es para nada sencillo, incluso los grupos de constructores más emblemáticos como “Cars” o “Drako” comienzan su proyecto a mitad de año; cuándo definen qué armar y con qué diseño.
Son incontables horas de dedicación y esfuerzo: organizar el equipo, idear temas, dibujarlos, armar los planos, juntar elementos, juntar dinero, cumplir con los trámites de legalización municipal, cuidar los avances, superar las adversidades, proteger las obras de las lluvias, y muchas cosas más.
Son mega-obras de artes que recorren todos los temas. Algunos tienen preferencia por los personajes de dibujos animados: “La Sirenita”, “Mickey”, “Magadascar”, “Dragon Ball”, “Los 101 Dálmatas” o “La Máscara”; apuntando al espíritu infantil de grandes y chicos. Otros grupos recuperan personajes o sucesos trascendentales del año: “El negro del whatssap”, “Debate Presidencial”, “Ni una Menos” o “El Gigoló”. Incluso hay equipos que prefieren los recuerdos culturales y referencias a grandes temas atemporales: “Homenaje al Rock”, “Dalí”, “La Última Cena”, y “Avalón, Bosque Mágico”.
El solo verlos generan sentimientos encontrados, desde admiración por el trabajo completamente ad-honorem, hasta pena al saber que en unos pocos minutos se reducirá todo a cenizas. Ya no son solo muñecos de madera, papel y trapo de los años 50. Son estructuras complejas que pueden incluir movimientos, luces, láser, puentes y pasajes internos para el público, y hasta fuentes de agua. Pero algo vale mucho más que ese esfuerzo, los miles de pesos invertidos y el tiempo empleado. Es la siempre vigente excusa para encontrarse y compartir con amigos y vecinos.
Los amigos del barrio tienen un lugar para juntarse en el barrio, y quienes ya no viven cerca tienen un motivo para viajar. Es la integración del y los barrios; entre los más chicos, los adolescentes, los jóvenes, los adultos y los abuelos. Desde los más pequeños pidiendo monedas y aprendiendo la herencia, hasta los jóvenes intercambiando consejos y experiencia con los más grandes. Incluso desde la una charla con la vecina o el almacenero que colabora con unos mates, hasta las personas desconocidas y curiosas que se frenan a charlar.
Muchas investigaciones se han realizado sobre la Gran Quema de Muñecos de La Plata, todos válidos e intachables. Pero llega un punto dónde las palabras ya no pueden explicar ni describir algo tan complejo y sencillo como la Pasión. Palabra muy conocida y característica del país, dónde las mejores cosas salen por pasión y amor a lo que se hace y al logro comunitario que encierra. Pues a fin de cuenta es solo eso, la Pasión por hacer y compartir algo en comunidad.
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