Las majestuosas esculturas italianas de La Plata
A fines del siglo XIX se inició el mega proyecto de fundar una nueva ciudad capital, una que deje atrás los errores del pasado y consolide los valores de un futuro. Con esta meta en mente, el gobierno bonaerense contrató a uno de los más prestigiosos escultores italiano del momento: Pietro Costa.
Cuándo el Dr José Juan Dardo Rocha asume como gobernador en 1881 tiene un objetivo claro: Fundar una ciudad capital que también encarne los ideales para un progreso nacional. Siguiendo las corrientes del momento, encargó decenas obras de arte que serían exhibidas en los espacios públicos. No solo embellecía la ciudad, también lograría promover y consolidación una serie de valores políticos y morales.
Si bien la idea de la educación pública ya se encontraba cimentada en el país, aun faltaban muchas décadas que alcanzar un acceso universal y optimas tasas de alfabetización. Una respuesta rápida a estas limitaciones fue retomar una antigua lección de la Europa Medieval: educar al pueblo utilizando las historias de las esculturas y pinturas.
Antes de que la ciudad de La Plata sea oficialmente fundada, la Provincia ya había comenzado a encargar magníficas obras de arte para los futuros espacios verdes y grandes palacios de gobierno. Uno de los artistas preferidos fue Pietro Costa, un italiano de orígenes humildes que comenzaba a consolidarse entre los grandes maestros del momento.
Pietro había nacido el 29 de junio de 1849 en el pequeño poblado de Celle Ligure. Su padre Agostino trabajaba de zapatero, pero abandonó el hogar para emigrar a Estados Unidos. Criado prácticamente solo por su madre Dominica, el joven Pietro ingresó a la Academia de Bellas Artes Ligustica de Génova, dónde con 17 años comenzó a recibir sus primeros premios en pintura y plástica. En 1871 recibió la “Pensión Durazzo”, lo que le permitió perfeccionarse en Florencia y Roma. El incipiente éxito de sus trabajos pronto cruzaría el océano atlántico.
En mayo de 1882 el gobernador Dr Dardo Rocha contrató al Profesor Pietro Costa para que se encargara de las estatuas del mayor complejo escultórico de la ciudad: “El Monumento a la Primera Junta de Gobierno”. Este no era un trabajo menor. No solo sería la mayor obra de arte de la ciudad, también sería una de las representaciones simbólicas y políticas que más obsesionaba al gobernador. Cómo miembro de la “Generación del 80”, el Dr Dardo Rocha fue un ferviente admirador de los patriotas Revolucionarios de 1810, del Presidente Bernardino Rivadavia y de los ideales republicanos-liberales.
Para este trabajo se encargaron nueve estatuas de 2 metros de altura talladas en mármol blanco, una por cada miembro del Primer Gobierno Patrio. También se incluyó una figura del Presidente Bernardino Rivadavia.
Por desgracia el “Monumento a la Primera Junta de Gobierno”, dirigido por el escultor Lucio Rossi, padeció varios problemas presupuestarios y estéticos por la crisis económica de 1890. Luego de ser inaugurado en 1903, once años más tarde fue desmantelado. De esta manera varias de las estatuas fueron distribuidas por las plazas de la ciudad. Las imágenes del General Cornelio Saavedra, Juan José Paso, Domingo Matheu y Bernardino Rivadavia se instalaron en sus respectivos espacios verdes. El General Manuel Belgrano y el Dr Juan Larrea encontraron su destino en los partidos de Berisso y Ensenada.
Si bien Pietro Costa saltó a la fama por sus grandes obras vinculadas la nacionalismo italiano, cómo por ejemplo el Monumento a Rey Vittorio Emanuele II (1879), su arte también se vincula los valores, las emociones y la cotidianidad humana. Entre sus primeras obras del realismo se encontraban “El Desnudo” (1869), “El Miserable” (1874) y “La Primera Lección” (1873).
El creciente prestigio y el éxito de sus trabajos en Argentina, generaron un nuevo contrato para la capital bonaerense. En 1889 se encargaron de ocho nuevas esculturas en mármol que se pretendían colocar frente al Palacio Municipal. Estas ya no buscaban enaltecer la historia del país, sino más bien una reafirmación hacía el futuro. Serían representaciones más abstractas de los ideales con los cuales se fundaron la ciudad.
El proyecto tampoco pudo llegar a concretarse, solo se pudieron pagar 4 figuras que terminaron instaladas en el Paseo El Bosque. Esta primera tanda representan: “La Industria”, “La Agricultura”, “Las Artes” y “El Comercio”. Estos conceptos eran centrales en la idea de una urbe moderna que debía concentrar los principales aspectos económicos y culturales. Por desgracia estas figuras han sido vandalizadas en numerosas ocasiones.
Las cuatro figuras restantes iban a ser instaladas eran conceptos más abstractos: “La Libertad”, “La Paz”, “La Caridad” y “La Ciencia”. Si bien jamás pudieron llegar a nuestra ciudad, no significa que eran menos importantes. Cuándo Dardo Rocha escribe su tesis doctoral sobre la necesidad de federalizar el país y crear una ciudad capital para la provincia de Buenos Aires, tiene en mente estas palabras; las cuales repite en el discurso fundacional. Construir la ciudad de La Plata implicaba pacificar el país, ingresar a la modernidad, dejar atrás las tiranías políticas y vivir en armonía. Era el paso para superar los horrores de la reciente guerra civil.
La crisis económica de 1890 causó un duro revés en el crecimiento acelerado de la ciudad, muchas ideas quedaron inconclusas. Mientras tanto, el 13 de marzo de 1901 fallecía Pietro Costa dejando una inmensa colección de obras en Roma, Génova, Buenos Aires, La Habana y La Plata.
Tal vez el Dr José Juan Dardo Rocha y el escultor Pietro Costa no pudieron completar todos los trabajos que hubiesen deseado, pero indudablemente dejaron un gran legado en la ciudad de La Plata y el mundo.
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