El Cometa descubierto desde La Plata
Eran exactamente las 22 horas cuándo el ingeniero y astrónomo Pablo T. Delavan (UNLP) observó un pequeño y nebuloso objeto en la profundidad del cielo nocturno. Algo nuevo y algo diferente se movía lentamente en la oscuridad. Se trataba de un extraño cometa con una trayectoria hiperbólica.
Luego de consagrarse por redescubrir el Cometa 1852 Westphal, Pablo Delavan retornó a su rutina frente al buscador de cometas Zeiss de 8 pulgadas del Observatorio de La Plata. Fue entonces cuándo el 17 de diciembre de 1913 descubrió un objeto que alcanzaba escasamente la undécima (11) magnitud de brillo. En sus propias palabras “tenía un diámetro menor que un minuto de arco, con un núcleo central de condensación perfectamente definido; y se presentaba bajo una apariencia casi estelar. No tenía cola visible (…) Estaba a tres grados nordeste de la estrella de tercera magnitud Eta del Eridano, en una región de pocas estrellas y el movimiento del cometa era tan escaso que no se notaba a primera vista”.
Con la ayuda del profesor y director del observatorio William Hussey, calcularon la posición y la dirección para que pueda ser confirmado desde otras instituciones. El primer telegrama se envió al Profesor E.C. Pickering del Observatorio de Hardvard, e inmediatamente fue chequeado por el W. Doverck desde Surtton. Al día siguiente se sumó el astrónomo B. Dawson desde La Plata y la Dra A. Glancy desde Córdoba.
En poco tiempo la noticia dio la vuelta al mundo. Aparecieron notas en “La Nación”, “La Prensa”, el “The New York Times” y en el “The Times” de Londres. Pero principalmente la trayectoria del curioso visitante fue seguido desde observatorios de todo el mundo durante 577 días. La Unión Internacional Astronómica reconoce 339 registros, aunque el Centro de Investigación Espacial Badań Kosmicznych (Polonia) confirma 1006 observaciones.
Las mejores y más conocidas imágenes las obtuvo el “Royal Observatory de Greenwich” los días 20 y 26 de septiembre de 1914. Al poco tiempo, el 4 de octubre, tuvo su máxima aproximación a la Tierra, exactamente a 1,58 Unidades Astronómicas; lo que equivale a la misma distancia que hay entre el Sol y el planeta Marte.
Previamente, Pablo Delavan había sido noticia el 26 de septiembre de 1913 al localizar el Cometa 1852 Westphal. Este no fue un hecho menor en su carrera porque su hallazgo permitió confirmar el descubrimiento del astrónomo alemán JG Westphal. Este cuerpo celeste se estimaba que tenía una órbita elíptica que lo haría retornar cada 60 años. Lamentablemente su tercera visita estimada para los años 70 jamás pudo confirmarse.
Datos Curiosos e hipótesis.
La última observación ocurrió el 19 de septiembre de 1915. A partir de todos los datos recopilados se pudo determinar que poseía una excentricidad de 1.000155, es decir con una curiosa orbita hiperbólica. La mayoría de estos cuerpos tienen movimientos elípticos porque se encuentran atrapados por la fuerza gravitacional del Sol.
Por su condición de trayectoria aparentemente hiperbólica, lo más probable es que jamás vuelva a ser observado. Por tener un “e” mayor que 1, entre otras cosas se comprende que se movía a una velocidad superior a la de escape. Dicho de otro modo, si no bajó su velocidad en algún momento, podría haberse transformado en un exocometa o cometa interestelar similar al objeto Oumuamua.
Pero el hecho de que esté demasiado lejos y que tal vez jamás vuelva no impidió que siga dando respuestas de cómo es nuestro Sistema Solar. En 1932 Ernst Öpik formuló la idea de que los cometas provenían de una nube ubicada más allá de Plutón. Diecinueve años más tarde, el neerlandés Jan Hendrik Oort se propuso comprobar el planteo de Öpik. Para ello estudió 19 cometas con una excentricidad en los límites de orbitas parabólicas e hiperbólicas. Uno de estos objetos fue C1913Y1 Devalan. Sus trabajos fueron materia de debate durante muchas décadas. La gran distancia, la escasa luz y el tamaño relativamente pequeño de los cuerpos han hecho casi imposible realizar estudios rigurosos; aunque se estima que puede haber entre un billón y cien billones de objetos.
La Nube de Oort se trata de un conjunto de pequeños objetos que rodean a todo el Sistema Solar formando una esfera. No debe confundirse con los cinturones de asteroides, pues estos se organizan geométricamente en modo de disco como consecuencia de una mayor atracción gravitacional con el Sol. Por su parte, la Nube de Oort se encontraría a 1 año luz de distancia, es decir a 9.460.730.472.580,8 Km de nuestra estrella, o 62421 veces la distancia entre el Sol y la Tierra. Esto la convierte en una de las últimas fronteras con el espacio interestelar y prácticamente invisible para nuestra actual tecnología. De momento solo se han podido identificar 4 objetos en aquella región. En tanto los cometas como C1913Y1 serían aquellos que por algún motivo perdieron su lejana órbita cayendo hacía el Sol y posteriormente siendo despedidos con un rumbo desconocido al superar la velocidad de escape.
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