Feliz Día de la Amistad
Se suele afirmar que “El Día del Amigo” es una celebración con fines comerciales, como muchas otras, y más aun en estos tensos años electorales dónde algunos lazos se rompen. Pero encerrarse en esta lógica es dejar que el Árbol nos tape un gigantesco y hermoso bosque. La Amistad es como un gran motor que construye sentimientos, momentos y oportunidades. Y más en una ciudad dónde acostumbramos celebrarlo todo.
Cuándo el 20 de julio se aproxima, una incontable cantidad de memes, videos y mensajes comienzan a cubrir las redes sociales y celulares. Un momento que nos lleva a recordar las nuevas y las viejas amistades. Un instante que pronto se convierte en la excusa perfecta para realizar un llamado y/o concretar los tan postergados reencuentros.
Cuánto más cerca del fin de semana estamos, más caóticos parecen los mensajes y las agendas: amistades de la primaria, la secundaria, de cursos y la facultad; los pibes y pibas del barrio, del laburo, el club; las juntadas que quieren rehacerse en los grupos de Internet; y desde luego también están todos/as aquellos que simplemente aparecieron una vez como un gran misterio de la vida.
La amistad no tiene una explicación exacta ni fórmulas milagrosas, salvo por la intensa empatía y compromiso desinteresado que la sostiene. Un reencuentro en un bar, unos mates en la plaza o una tarde en casa es suficiente para superar cualquier barrera de distancia, tiempo o enemistad; pues la amistad rara vez se termina para siempre. Más bien una de las mayores virtudes es que vive en los recuerdos y aprendizajes que llevamos con nosotros mismos. ¿Acaso gran parte de nuestras anécdotas y aprendizajes no incluyen a las amistades que estaban presentes en un determinado momento?
En una ciudad como La Plata esto se puede ver en las personas de todas las edades, barrios y extractos sociales. Vivimos en una urbe que nos impulsa a la integración. La disposición de las diagonales se pensaron para comunicar mejor los rincones de la ciudad. La magnífica rambla de avenida circunvalación podría narrar mil historias interbarriales que se formaron con las canchitas de fútbol. En muchas plazas hay los clubs de bochas y los circuitos deportivos que nacieron porque había un grupo de amigos que querían verse. En El Bosque, la Plaza Moreno y el Parque Saavedra pueden testificar las incontables risas que hay en las infinitas rondas de mate. Los pasillos de cada instituto terciario o universitario fueron y son espectadores de las incontables amistades surgidas desde el compañerismo.
Incluso las históricas rivalidades entre instituciones existen porque previamente nació un lazo temático y territorial que los llevó a competir; pero sanamente. Puede haber diferencias entre “pinchas” y “triperos”, entre “Albert Thomas” y “Colegio Nacional”, “San Luis” y “San Vicente”, o entre los “Normales”; pero todo queda atrás cuándo se compara con los lazos de amistad. A la larga todos caminamos por las mismas calles, los mismos micros y las mismas plazas.
Los platenses tenemos varios Motivos:
1- La ciudad de La Plata fue fundada para pacificar y hermanar el país. Este megaproyecto fue posible porque dos amigos, Dardo Rocha y Pedro Benoit, se pusieron a trabajar juntos. Y luego de 140 años, lo seguimos celebrando todos juntos con megarecitales en la Plaza Moreno.
2- Desde Berisso, la Fiesta provincial del Inmigrante recuerda los lazos de los primeros habitantes de la región, quienes dejaron sus diferencias culturales para construir nuestras ciudades, una vida y una identidad.
3- En Fin de Año todos los barrios se juntan para construir Los Muñecos, como una excusa perfecta para despedir y comenzar el año con los seres queridos. Pero también para conocer los rincones de la ciudad, nuevas personas y comprender que no somos tan diferentes.
Cada 20 de Julio, son millones las personas salen a celebrar en todo el Mundo. Pero no lo hacen manipulados por la mano fantasmal del sistema comercial, este eso solo un empujoncito emocional.
Tal vez no sea justo que una fecha nos diga cuándo celebrar la amistad; lo ideal sería que todos los días la festejemos. ¿Pero qué se gana reprochando la existencia del 20 de julio? Ni siquiera fue el invento de un malvado empresario que necesitaba pagar la cuota de su automóvil importado. El origen del 20 de Julio se remonta a la vida de un humilde filántropo argentino que estaba cansado de un mundo lleno de odio, rencor y continuamente amenazado por la guerra o las grietas sociales.
Fue Enrique Febbraro, quien durante sus años de locutor nacional se preguntaba porqué las “Fiestas Nacionales” rendían culto a evento patrios (militares y políticos) pero nunca a las grandes virtudes humanas.
Él era docente, odontólogo, músico, filósofo y comunicador; es decir que tenía una vida completamente entregada al servicio social; pero en el entorno se habla más de la Guerra Fría, las amenazas internas/externas, las grietas políticas y cosas similares. Pero finalmente el 20 de julio de 1969 decidió pasar a la acción; envió 1000 cartas a personas de diferentes países saludando y proponiendo por “el Día del Amigo”. Aquél año recibió 700 respuestas. Este megaobjetivo no tardó en consolidarse. La noticia cubrió todo el territorio nacional y se consolidó en otros países. Incluso hasta se matizó con las siempre presentes historias de la masonería. A fin de cuentas Febbraro habría sido un alto miembro de las Logias, al igual que el astronauta Edwin Aldrin.
Enrique Febbraro falleció el 4 de noviembre de 2008, pero su legado perdura y crece cada año. En su última entrevista, dada al diario La Voz del Interior, resumió el verdadero espíritu de la fecha: "La amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada de todas maneras". Por lo cuál cabe preguntarse nuevamente ¿Porqué no festejarla? A fin de cuentas la “amistad” es una de esas características humanas que nos une y hermana dentro de la heterogeneidad, muchas veces tristemente solo empleada para separarnos.
¡¡¡Feliz Día!!
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