El Tano más famoso y querido
Aquí, un poco alejados del Centro de la ciudad, casi en el difuso limite entre los talleres de Gambier y las quintas de La Cumbre vivió un muy destacado vecino. Un genuino italoplatense que dejó sus huellas en cada paso que dio.
Don Orestes Santopago nació en Bussi, en la región italiana de Abruzos, en el año 1874. Tras completar sus estudios técnicos se mudó a la Argentina en 1896, y luego se instaló definitivamente en La Plata para dedicarse a la construcción. Su destacado talento, la calidez humana y el compromiso social lo convirtieron en un muy querido e influyente miembro de la comunidad.
Inicialmente vivió en la centro de la ciudad, en la casona de 7 y 42, pero entre 1918 y 1923 comenzó a comprar las quintas 74, 107, 108 y 201; actualmente Barrios Centenario y Gambier de San Carlos. Aquí es dónde construyó su amosa y majestuosa Quinta, en 135 y 44. Con el paso de los años este predio se transformó en uno de los lugares más cotizados por su belleza, ubicación, características y tesoros artísticos. Además cuenta la anécdota que su apresurada mudanza se debió a que su hija tenía una grave afección respiratoria.
Esta estancia no era solo su vivienda, también era la representación de todos sus intereses y valores. Como inmigrante, conocía muy bien el drama que padecían sus pares. Por este motivo la quinta era regularmente visitada por los estudiantes de la Escuela Italiana, quienes tenían la posibilidad de aprender las prácticas rurales y tomar una chocolateada. Además, parte de la frutihortícola era repartida entre las familias que huían de la guerra y que se fueron ubicando en estos mismos barrios.
También fue un destacado colaborador para la fundación de la Escuela Italiana, el Hospital Italiano, la Asociación de Socorros y Beneficencia y del Instituto de Cultura Italiana. Esto lo hizo meritorio de recibir la “Stella al Manto del Lavoro” y el “Comendador de la Corona de Italia”. Además fue nombrado Presidente Honorario de la Sociedad de Empresarios y Constructores de Obras de La Plata.
Durante su vida se involucró tanto en las obras públicas como en las privadas. Además en el año 1924 se asocio con el ingeniero Eugenio Di Renzo (sobrino) para conformar la “Sociedad Constructora Santospago y Di Renzo”, la cual supo ser una de las más pujantes del momento con 7000 empleados.
Mediante sus empresas fue el encargado de las remodelaciones en la Estación de Ferrocarriles (actualmente Pasaje Dardo Rocha) y en la Casa de Gobierno. También estuvo involucrado en la construcción de la Escuela de Electrotécnica para la Universidad de La Plata, los Pabellones del Hospital Melchor Romero, las tribunas del Hipódromo, la Escuela de Artes y Oficios San Miguel, los depósitos en el Regimiento 7 de Infantería y del Cuartel de Comunicaciones (City Bell). Mientras que a nivel provincial recibió contrato para construir escuelas, puentes, caminos y muelles.
Tras una larga trayectoria como inmigrante, empresario, vecino y constructor; Don Orestes falleció en 1963. Sus restos fueron trasladados al Cementerio de La Plata en una muy llamativa cripta. Respondiendo a un estilo Art Decó, la estructura resalta por estar realizada con granito rojo y vitraux. En particular los cuatro vitrales poseen la particular forma de cruz griega o cuadra. Además en los muros también se pueden apreciar varias placas de bronce que recuerdan su vida y legado.
Por su parte, en 1969 el gobierno provincial compró la Quinta de 44 y 135 para donarla a la Escuela de Penitenciaria, quien se encarga de preservación del lugar.
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