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El Halcón Platense sobre Malvinas

Visita La Plata | 9:00 |

La República de los Niños, el Parque Castelli y la localidad de Los Hornos tienen algo en común. En los tres lugares hay un homenaje al "Primer Teniente Juan Arrarás”, quién fue uno de los heroicos pilotos argentinos que participó en la Guerra de Malvinas.

Monumento en el Parque Castelli

Juan José Arrarás nació en La Plata el 23 de mayo de 1957. Junto a su padre Eliseo Arrarás Vergara, su madre Clara Isasmendi Solá y sus hermanos Ignacio, Magdalena, Mercedes, Eliseo y Martín; vivió en la zona de 20 y 59. La Primaria la realizó en la Escuela Nº 10 “Ricardo Gutiérrez” (16 y 47), y posteriormente finalizó la secundaria en el Normal N°3 (8 y 58). Sus familiares lo recuerdan como un chico muy aplicado, autodidacta y con dos pasiones: la aviación y la religión. Algo que llamaba la atención porque su entorno familiar no tenía relación con la aviación o las fuerzas armadas.

Con 17 años, en febrero de 1975 viajó hasta Córdoba para alistarse en la Fuerza Aérea Argentina, dónde fue uno de los 120 seleccionado entre 1500 aspirantes. Tres años más tarde, fue uno de los 45 egresados de la Escuela de Aviación Militar. Posteriormente se trasladó Brigada Aérea de Mendoza (1979-1980) para realizar la especialización en aviones a reacción a bordo de un Morane Saulnier MS 760 Paris.

Cuándo en abril de 1982 comenzó la Guerra de Malvinas, Juan José era un joven de 24 años que prestaba servicios como Teniente en el Grupo V° de Cazas con base en la Provincia de San Luis. Esta unidad pilotaba los aviones Douglas A4B Skyhawk adquiridos en 1965. Estos eran aviones cazas a reacción usados que el gobierno de EEUU había refaccionado para poder revenderlos.

Rumbo a Malvinas

Tras frustrarse las negociaciones de paz (11/4), la V° Brigada Aérea comenzó su traslado a la Base de Río Gallegos (Santa Cruz) durante las primeras horas del 13 de abril. El Teniente Juan Arrarás formó parte del 2° Escuadrón que arribó a la Patagonia el 2° de Mayo bajo el mando del vicecomodoro Ernesto Dubourg y otros 14 pilotos.

Tal como quedó narrado en el Informe Rattenbach y en varios libros especializados, la Fuerza Aérea estaba muy entrenada y equipada para los ataques terrestres, pero no para las batallas navales. En consecuencia también se sumó el Capitán de Navio Jorge Troitiño de la Armada para brindar un curso acelerado e indicaciones técnicas que demostrarían el coraje de los pilotos argentinos. Según Troitiño, frente a las modernas Fragatas y Destructores T42 del Reino Unido, “en una oleada de 16 aviones, solo dos tendrían posibilidad de llegar al blanco”. Además para evitar las defensas “las aproximaciones y los ataques debían realizarse a la menor altura posible, a máxima velocidad y en absoluto silencio radioeléctrico”. En pocas palabras, a 10 menos de metros del agua, sin comunicaciones y a 1000Km/h.

La Primera Batalla

Una vez instalado en Rio Gallegos, Juan Arrarás tenía la costumbre de llamar todos los días a su familia para tranquilizar. Si bien no podía mencionar detalles de lo que sucedía, participó de unas 20 misiones.

El 12 de mayo el moderno destructor HMS Glasgow y la Fragata HMS Brilliant realizaban una nueva serie de ataques sobre Puerto Argentino. Botadas en 1979 y 1981, estaban entre los navios más modernos de la Royal Navy. Inmediatamente se convocó al Grupo 5 de Caza para formar las Escuadrillas “Cuña” y “Oro”, cada una con 4 aviones. De este modo Juan Arrarás se subió al A4-B, matricula C-244.

El primer escuadrón, el cual poseía el efecto sorpresa y era encabezado por el Primer Teniente Manuel Oscar Bustos, atacó desde el sur. De los cuatro pilotos, tres fueron derribados. Solo el alférez Vazquez sobrevivió. Sus compañeros, Tne Mario Nivoli y Tne Jorge Ibarlucea fallecieron.

A los pocos minutos llegó la segunda escuadrilla compuesta por el capitán Antonio Zelaya, los Tne Juan José Arrarás y Fausto Gavazzi, y alférez Guillermo Dellepiane. Los primeros tres se lanzaron contra el HMS Glasgow y Dellepiane contra la Brilliant.

El resultado fue una importante avería en el Destructor Glasgow y la decisión del Almirante John Woodward de no realizar más acciones navales diuras. Lamentablemente, durante el vuelo de regreso, el piloto Gavazzi fue derribado por fuego amigo y murió en el acto. De los ocho halcones, solo volvieron cuatro, Juan Arrarás entre ellos.

La Última Misión

El avance del conflicto fue haciendo que cada misión sea más peligrosa que la anterior. La guerra había llegado a punto crítico para ambos bandos y había poco margen para los errores. Los halcones no solo se enfrentaban a las modernas embarcaciones británicas, sino que además debían cuidarse de las patrullas de los aviones Harrier que realizaban patrullas para detectar los vuelos rasantes. Pero aun así los jóvenes pilotos argentinos se embarcaron a una misión que se transformaría en “El Día Más Negro de la Royal Navy”.

Durante la mañana del 8 de junio se detectó una importante flota en la zona de Bahía Agradable encabezada por dos buques de desembarco RFA Sir Tristram (L3505) y RFA Sir Galahad (L3005). Inmediatamente se convocó a V°Brigada, la cual despegó con 8 aviones caza A-4B para combinar un ataque con otros 6 aviones Mirage; todo mientras los submarinos HMS Splendid y Valiand informaban los movimientos. Peor aun, por motivos técnicos, cuatro de estas 14 unidades volvieron a sus bases y los 3 mirage no encontraron su blanco principal por las interferencias del Valiand. Aun así, a las 14 horas, los 5 halcones restantes pudieron hundir los dos buques de desembarco que operaban en la zona.

En forma paralela, sin tener información alguna sobre el destino de sus compañeros, una segunda oleada de seis aviones del Grupo V volaba a Malvinas; entre ellos estaba el Teniente Juan Arrarás. El vuelo comenzó por encima de los 3500 metros para evitar los radares chilenos. Posteriormente fueron reabastecidos de combustible en vuelto por un avión cisterna HC-130, y pasaron a vuelo rasante durante los últimos 150km. Uno de ellos tuvo que volver a base por defectos técnicos.

Con casi 3 horas de diferencia, ellos sabían que ya no tendrían el factor sorpresa. A la cabeza estaba el Primer Teniente Danilo Rubén Bolzán, secundado por el teniente Juan José Arrarás y el alférez Guillermo Alberto Dellepiane. La segunda sección se completaba con el Primer Teniente Oscar Berrier, el Primer Teniente Héctor Hugo Sánchez y el alférez Jorge Alberto Vázquez.

Héctor Sánchez afirmó que “Unos 150 Kms antes de arribar al sur de la isla Gran Malvinas, nos encontrábamos volando rasante, yo lo hacía próximo al avión de Juan Arrarás. Me distraía ver la estela que dejaban en el agua los escapes de gases del motor de su avión, lo que demostraba lo bajo que estábamos volando”. Manteniendo una altura inferior a los 10 metros, cruzaron hacía la costa sur de la Isla Soledad, con baja visibilidad por los chubascos, y sobrevolaron hasta Fritz Roy dónde operaba el desembarco del HMS Fearless, el cuál era mucho más grande que los dos anteriores, y sus lanchas.

Pero mientras se preparaban para ir contra sus blancos, desde el cielo bajaron dos aviones Harrier que lanzaron sus misiles. El primero impactó de lleno en el Alférez Vázquez, quien falleció en el acto. El segundo impactó en la cola del avión del Teniente Juan Arrarás. El joven piloto platense pudo eyectarse a tiempo y abrir su paracaídas, pero fue perdido de vista por su compañero. Los relatos ingleses señalan que el paracaídas de Arrarás se incendió durante la caída, produciéndole la muerte. De los cinco, solo dos volvieron de la misión. Batiéndose en retirada y amplia desventaja, atacaron con éxito la lancha de desembarco de vehículos Foxtrot 4.

Una tercera ola de 4 aviones llegó cuándo las acciones británicas ya habían terminado. A lo largo de 45 días de acción, el Grupo V de Cazas perdió a 9 de sus 34 pilotos. Sus aeronaves no poseían radares, ni radioaltímetros, sistemas de identificación amigos/enemigos, elementos de guía modernos ni ningún elemento de defensa. Incluso no podían hacer muchas maniobras evasivas contra los Harrier porque eso les consumía el combustible necesario para el retorno a casa.

El piloto Luis “Tucu” Cervera, al igual que muchos otros, explicó que al volar en baja altura “Uno pierde la referencia por el oleaje y el movimiento del agua. Entonces, miraba a los costados. Ahí tomaba dimensión de la altura”. ” No nos quedaba otra que volar a ojo hasta que uno mismo se decía: No bajo más porque me mato”.

Muchos Homenajes, aunque con demora.

Tras el firmarse la paz el 14 de junio de 1982, comenzó un proceso de desmalvinización promovido por la mismísima Dictadura Militar. Esto incluyó ignorar a los héroes y veteranos de Malvinas.

Recién el 15 de marzo de 1983, mediante el Decreto 577/83, se le concedió la Medalla “La Nación Argentina al Muerto en Combate” y se lo ascendió postmortem al rango de “1° Teniente”. Por su parte el Congreso de la Nación brindó su tributo a todos los ex combatientes mediante Ley N°23.118/84. En 1993 Juan Arrarás fue incluído en Ley N° 24.299 de “Valor en Combate”, y finalmente en 1998 se lo consagró como “Héroe Nacional” con la Ley N°24.950.

También el Poder Ejecutivo de la provincia de San Luis lo nombró “Hijo dilecto de la provincia por su heroica participación en la gesta de Malvinas del año 1982”. Desde entonces su nombre figura en el Libro de Honor de la Provincia.

El Concejo Deliberante de La Plata declaró a Juan José Arrarás “Ciudadano Ilustre Post Mortem” en el año 2004. Ese año también se bautizó con su nombre a la avenida 167 en el tramo de 60 a 66.

Previamente en el 2002 se había aprobado la colocación de un monolito, pero este no se ejecutó. Recién en el año 2018 se pudo inaugurar un monumento en el Parque Castelli, justo frente al Seminario Mayor San José porque era un lugar le gustaba frecuentar. Durante la inauguración estuvieron presentes sus familiares, amigos y compañeros de la Fuerza Aérea.

Finalmente, mediante la Ordenanza 12208, también se bautizó al predio del Aeropuerto de la República de los Niños como “Piloto Juan José Arrarás – Héroe de Malvinas”. Aquí también se conserva el histórico Boing 737 de Aerolíneas Argentinas que realizó 89 vuelos hacía las Islas Malvinas durante la guerra.

A lo largo y ancho del país, otros municipios también recuerdan al Primer Teniente Juan José Arrarás. Son el caso de las ciudades de Corrientes, San Luis, Río Gallegos, Las Varillas, San Antonio Arredondo y Cosquín; las últimas tres en la provincia de Córdoba.


https://www.visitalaplata.com.ar/2019/12/ayudanos-crecer.html

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