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La Muni, mucho más que una arquitectura renacentista

Visita La Plata | 1:58 |

Elegante y majestuoso, el Palacio Municipal de la ciudad de La Plata despierta admiración por su belleza. Incluso a veces se debate sobre si el contrafrente es más bonito que el frente. Pero pocas veces se menciona qué significa que sea una Arquitectura Renacentista Alemana.

Cuándo en 1882 se fundó la ciudad de La Plata ningún detalle del trazado urbano quedó al azar, por ende tampoco el sentido de sus palacios. En múltiples entrevistas arquitecto Rubén Pesci afirmó que el Palacio Municipal es Renacentista Alemán porque se intentó establecer un símbolo y un tributo al sistema comunal de Alemania. Pero para comprender esto hay que remontarse aun más en el tiempo.

El Origen del Renacimiento

En el siglo XV el continente europeo comienza una serie de crisis que ponen duda el valor de las palabras y de las ideologías teológicas-medievales. Las guerras, las hambrunas, la corrupción y los continuos escándalos desacreditaban al Vaticano mientras se empoderan de las aristocracias y los gobiernos civiles. Esta conjunción de ideas en conflicto llevaron al surgimiento de una corriente artística/arquitectónica en oposición al gótico.

Bautizado como “Renacimiento”, el concepto central de la idea es que el ser humano es lo más importante, casi a la par de Dios. En consecuencia estamos frente a un estilo arquitectónico que nace principalmente para los Palacios de Gobierno y para la Aristocracia. En términos prácticos esto se evidencia en dos sentidos. En primer lugar el diseño superficial se organiza con el “ser humano” en el centro, ósea el Poder Político. En la ciudad de La Plata lo vemos por la ubicación del Salón del Consejo Deliberante y de la Oficina del Intendente justo sobre el eje central. El resto de las oficinas rodean y alimentan el espacio del Poder Político.

Por otro lado, en claro contraste con la Catedral (gótica), las dimensiones absolutas de un Palacio Renacentista se realizan a escala humana. Es decir que no existe la meta de construcciones altas o la sensación de grandeza de las gigantes naves eclesiásticas. Este elemento es cambiado por la “perspectiva”, la cual se puede resumir como una ilusión óptica que brinda una sensación de grandeza y profundidad. Al apreciar el Palacio Platense desde una esquina se puede apreciar siguiendo las líneas horizontales.

De Italia a Alemania

Mediante el Renacimiento los italianos deseaban de buscar la perfección en el legado matemático de la Antigua Grecia. Un hecho que se puede ver la relación de aspecto (ancho-largo-alto) de las geometrías áureas. Pero una de las principales diferencias entre el modelo italiano y el alemán es que los primeros favorecían la geometría horizontal mientras que los segundos aun buscaban la verticalidad. Es decir que la Torre Blanca del Palacio Municipal no es una emulación del Cabildo Porteño sino una marca identitaria del estilo y una ideología. Esto se puede ver en el Ayuntamiento Rojo de Berlín y de Augsburgo.

Si bien ya existían muchos inmigrantes alemanes en el país, incluyendo al arquitecto del Palacio Ernest Meyer, este no fue el motivo por el cual se optó por el “Renacimiento Alemán”. Según Rubén Pesci la selección fue porque las comunas prusianas-alemanas del renacimiento eran consideradas las más democráticas de su momento.  

A diferencia de Francia (monarquía absolutista) y de las Ciudades-Estados Aristocráticas de Italia, los alemanes tenían un complejo sistema confederado de ciudades-estado basado en la participación ciudadana. A partir de los gremios, el voto y las asambleas se definían gran parte de las políticas locales; incluso hasta se podía limitar el Poder de los Nobles. Estas condiciones se daban principalmente en Augsburgo, Núremberg y Lübeck. Una ciudad fundada con la aspiración de ser la más moderna y democrática necesitaba este tipo de símbolos.

En este complejo proceso de la arquitectura germana horizontal que busca una verticalidad también suman muchos elementos del gótico tardío como torres laterales, agujas o cúpulas. Mientras que el renacimiento italiano culmina con techos rectos, triangulares o curvas muy definidas; el Palacio Municipal de La Plata tiene un uso muy presente de largos pináculos que refuerzan la verticalidad.

No está al revés

Con mucha frecuencia suele decirse el Palacio Municipal de La Plata está construido “al revés” porque la fachada sobre calle 14 es más bonita. Dejando de lado las valoraciones estéticas subjetivas, es innegable la belleza de esta contra fachada que suele ser comparada con Versalles. Y es que aquí se puede apreciar la complejidad del diseño renacentista puro.

Como se mencionó anteriormente, el eje más importante de la ideología renacentista es la perfección humana y su Poder Político. Justamente desde calle 14 se puede apreciar en el Gran Salón del Consejo Deliberante que es abrazado por las alas administrativas. Pero si se mira en detalle se puede observar que se trata de una semiesfera incrustada dentro de un rectángulo generando una confusión en la profundidad y magnificencia de los espacios. Este efecto también se aprecia en el Palacio de Versalles (Francia).

El majestuoso Salón Parlamentario se presenta como un clásico “tempietto”, es decir como un círculo rodeado de columnas que emula al antiguo Templo Delfos (El Oráculo). Las versiones renacentistas en general recuperan estas formas con el agregado de ventanas y balcones.

El efecto visual de profundidad que se obtiene desde calle 14 puede recordar al emblemático Palacio Versalles y al condimento grecolatino. Pero nuevamente el secreto está en los detalles de los ornamentos. A simple vista la mirada se concentra en los rostros latinos que emergen, pero los elementos más abundantes son las hojas y las flores. Este detalle puede parecer menor, pero al ingresar al Salón Dorado se evidencia la presencia de un muy marcado Barroco Alemán.







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